sábado, 27 de octubre de 2007

Sin frontera

Dia 26, 70 kilometros Oh mis queridos, ya estamos en Syria. Despues de andar a vueltas por culpa de la burocracia para consegir una pequena pegatina en nuestro pasaporte, tenemos nuestros culos en tierra Syria. Aunque la jornada transcurriera por terreno llano nos costo una buena sudada. La etapa comenzaba bien, medio litro de leche, unas magdalenas, queso, pan y alguna galletica. Con fuerzas mas que suficientes pusimos las bicis en marcha. No teniamos muy claro que nos ibamos a encontrar en la frontera pero sin darle muchas vueltas nos encaminamos hacia ella. Los kilometros se hacian facil, el terreno llano y el viento que nos empujaba. Los camioneros que esperaban en una cola de varios kilometros cambiaban sus caras al ver pasar dos bicis que sin superar la velocidad de la luz pero rapidas como el viento dejaban atras sus grandes maquinas. Los guardias apenas nos miraban, pasabamos inadvertidos entre semejantes camiones. Esquibando vehiculos y barreras nos presentamos en un nuevo pais. Aunque el terreno no parecia cambiar, algo distinto se advertia en el ambiente. Al adentrarnos empezamos a ver los cambios, camionetas con gran variedad de colores, motos en las que viajaban familias enteras, y hombres que portaban sobre sus cabezas no gorros ni viseras si no palestinos. Tambien notamos que las carreteras no serian tan seguras, ya que carecen de arcenes, los adelantamientos suicidas se repiten una y otra vez, y las bestias de cuatro ruedas habian aumentado en numero considerable. Un paisaje en el que se te perdia la vista sin encontrar ningun obstaculo y un sol que sin darnos cuenta nos iba castigando. Con el agua justa y sin dinero no nos quedaba otra que llegar a nuestro destino. Con el terreno llano se hacia facil pedalear a buen ritmo y asi casi sin tiempo de reaccion se produjo la segunda caida. Un amable caballero que creyendose el rey de la carretera decidio cruzarse en medio sin mirar, al intentar esquibarlo y sin tiempo de reaccion uno de nosotros se encontro con los huesos resvalado por el arcen. No fue mucho, el codo ensangrentado, la pierna y el culo magullados y lleno de polvo medio cuerpo. Despues de increpar al conductor por su accion y sin darle importacia seguimos nuestro camino. La llegada a Alepo fue agobiante, carreteras infestadas de vehiculos, kilometros de bocinazos y cansados no solo por los rodado si no por el sol que llevaba horas calentandonos el cogote. La ciudad un infierno de coches y motos que nos adelantaban sin ningun tipo de miramientos, pero decididos a entrar hasta el centro no nos dejamos chulear. Despues de conseguir plata y beber lo que para nosotros es oro liquido despues de hacer 70 kilometros y mas habiendo tenido que hacer los ultimos 20 sin agua, nos dedicamos a encontrar alojamiento. No fue dificil encontrar un sitio decente y barato en el que aparcar nuestras bicis y asearnos. Ya limpios y relajados a disfrutare de la ciudad que parecia que tenia bastante que ofrecernos.

No hay comentarios: